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La innovación empresarial como factor diferencial

Javier Panzano
14/12/2016

La innovación empresarial es siempre sinónimo de cambio, evolución o mejora. Todo es susceptible de ser modificado. Las empresas pueden introducir novedades en todas las variables que rodean a la comercialización:

  • Innovar en el quién. Consiste en buscar nuevos segmentos de consumidores que se han ido generando por la propia evolución de nuestra sociedad o explorar las necesidades latentes no satisfechas en los clientes habituales.
  • Innovar en el qué. Lanzar nuevos productos y servicios o rediseñar los existentes incorporando ventajas diferenciales que influyan determinantemente en la decisión de compra.
  • Innovar en el cómo. Desarrollar novedades en modelos de negocio, estrategias, fórmulas comerciales, campañas de marketing, medios de comunicación, métodos organizativos o procedimientos internos de las empresas.
  • Innovar en el cuánto. Respecto a la cantidad de producto, introducir nuevos formatos o nuevas dimensiones en el envasado. Respecto al precio, incorporar estrategias low cost, potenciar zonas outlet en los establecimientos, ofrecer nuevas fórmulas de pago o diseñar promociones eficaces que atraigan la atención del comprador.
  • Innovar en el cuándo. Elegir momentos o franjas horarias inusuales que generen nuevas expectativas en el consumidor y refuercen su experiencia de compra.
  • Innovar en el dónde. Encontrar nuevas localizaciones en las que existe demanda subyacente y espacios originales en los que se pueden comercializar los productos y servicios. Establecer acuerdos con otras compañías para realizar venta cruzada en los respectivos establecimientos.

En suma, la innovación empresarial ha de aportar algo extra sobre lo que ya se hace, algo mayor, mejor o diferente.

El consumidor como eje de la innovación

El consumidor se ha convertido en el eje central de la innovación y en el gran beneficiado de todas las mejoras que desarrollan las empresas.

La globalización ha engendrado un consumidor que responde a nuevos patrones de consumo. Es global, multicultural y cada vez más sensible a la protección del planeta. Sabe qué quiere comprar y desea ser tratado de forma individualizada. Interactúa a través de Internet y las redes sociales, desde donde recibe sobreinformación y recomendaciones de compra de otros consumidores que alteran su lealtad a las marcas. Los más jóvenes han nacido y crecido rodeados de tecnología y se relacionan a través de Internet. Son nativos digitales.

Pero, por otra parte, la actual coyuntura económica ha reducido su capacidad adquisitiva. En consecuencia, gasta menos, reflexiona más la compra, busca ofertas, compara el precio pero exige calidad, prioriza lo necesario y funcional sobre el resto y sólo se deja llevar por el impulso en aquellos productos que considera fundamentales para maximizar su vida.

La innovación empresarial es la mejor oportunidad para aproximarse al consumidor y captar su interés. Es precisamente la que hace que algunos sectores continúen creciendo a pesar de la crisis. Por eso, la innovación es cada vez más importante para las empresas.

Innovar es eliminar lo obsoleto, explorar nuevas oportunidades y anticiparse al cambio, explotando ideas diferentes. En los próximos años, la capacidad para innovar va a ser un factor diferencial para empresas y profesionales. En un entorno económicamente complejo, las principales tendencias de innovación se focalizarán en crear experiencias de consumo, ahorrar costes y promover la sostenibilidad medioambiental.

Las empresas deben renovar su modelo de negocio aportando innovaciones en técnicas, estrategias e instrumentos que optimicen sus costes, protejan el medioambiente y refuercen su relación con el consumidor final a través de experiencias de venta satisfactorias.

¿Cómo fomentar la innovación empresarial?

Para innovar, las empresas deberán incorporar mejoras sustanciales en:

  • La forma de vender, dejando paso a nuevas fórmulas de venta, tanto físicas como virtuales, como por ejemplo: shop in shop, outlet, e-commerce o green retail.
  • La forma de gestionar, introduciendo aplicaciones y dispositivos que mejoren sus procesos logísticos y administrativos, como EDI, codificación, ERP, Business Intelligence, o sistemas de gestión documental.
  • La forma de informar, habituando a sus stakeholders o actores clave que se ven afectados por las decisiones de la empresa, a trabajar con herramientas como una intranet, extranet u otras aplicaciones tecnológicas que faciliten la agilidad y la calidad en el intercambio de información.
  • La forma de formar, a través de entrenadores virtuales o Campus online que proporciones contenidos y asesoramiento permanente.
  • La forma de comunicar, incrementando la eficacia de su actividad de marketing a través de nuevas técnicas y aplicaciones como geomarketing, planogramas, digital signage, marketing online, marketing viral, mobile marketing o redes sociales.

A veces la innovación procede desde el propio cliente, quien realiza sugerencias a la empresa que se transforman en soluciones que, posteriormente, se transfieren a todos los clientes.

Y tú, ¿te animas a innovar?

 

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